La nueva realidad en los entornos de trabajo producto de la pandemia ha traído asociado no solo un rediseño de los espacios, sino también cambios importantes en términos de tecnologías, ambientación y acondicionamiento. Aspectos como la higiene, el aireamiento de los recintos, el tratamiento y la circulación del aire en zonas interiores son hoy estratégicos y han impactado en el desarrollo de los nuevos proyectos de oficinas, condicionando a la industria inmobiliaria a innovar y mejorar temas que hasta hace algunos años se daban por resueltos.
Aaron Rozenbaun, Project Management Manager de Cushman & Wakefield, señala que la pandemia empujó a la oficina a optimizar su superficie y a sacarle el máximo partido a cada metro cuadrado, mejorando los gastos de estos, lo que generó una fuerte entrada de sistemas domóticos que regulan la cantidad de luz, a través de la apertura o cierre de cortinas, dando más o menos potencia a la iluminación y ventilando recintos en la medida en que estos van siendo ocupados.
Además, como los escritorios pasaron de ser fijos a asignados a móviles y por demanda, se ha liberado espacio suficiente para aumentar y mejorar áreas colaborativas, de encuentro y de foco, lo que significó, también, un salto tecnológico, ya que la conexión inalámbrica de alta calidad y estabilidad se hizo fundamental, así como también la seguridad de la red, lo que provocó que las salas de servidores tomaran especial relevancia. ‘Dado que la estadía en la oficina es ahora más dinámica, tanto el clima como la iluminación también debieron adecuarse a estos nuevos modos de ocupar los lugares, entrando con mucha fuerza los sistemas de domotización’, agrega.
Otras mejoras interesantes tienen que ver con la utilización de sistemas de purificación de aire, que por estos días han visto explotar sus ventas, o los sistemas de agendamiento de los espacios y puestos de trabajo, que permiten a un colaborador agendar un escritorio, una sala de reuniones o un puesto en el comedor’, acota.
Nuevas técnicas
Matías Vicuña, gerente de La Dehesa Work Plaza —edificio que posee oficinas, cafetería, restaurante, gimnasio, entre otras instalaciones—, destaca que hoy las personas buscan y valoran proyectos que permitan mejorar su calidad de vida para las actividades de trabajo, lo que significa contar con espacios seguros de interacción con otros al momento de reunirse o compartir áreas comunes como ascensores, pasillos, halls, patios, etc.
En este proyecto se han incorporado nuevas técnicas de ambientes seguros bajo el concepto covid-friendly, que consideran tratamiento y purificación de los flujos de aire circulante con sistemas UV y un óptimo aprovechamiento de la luz natural y espacios exteriores. ‘En este sentido, creemos que la luz es una variable muy importante en la prevención de contagios y por lo mismo, todos nuestros pasillos en pisos superiores cuentan con luz natural. Sabemos que el virus se propaga con mayor facilidad en ambientes más oscuros y, por lo mismo, la luz exterior ayuda a tener espacios con mejor control bacterial’, precisa.
También se han instalado películas antibacterianas en los comandos de todos los ascensores, de manera que las superficies de contacto no sean propagadoras de bacterias, e incorporado chapas electrónicas que se pueden accionar sin llave, para mantener una mejor higiene y evitar contagios por contacto con superficies contaminadas.
‘El impacto que hemos visto en nuestras actividades productivas producto del covid-19 ha sido enorme y, por lo mismo, creemos que tenemos que tomar todas las medidas necesarias como usuarios y como proyecto para mitigar el efecto de otros virus que pudiesen afectarnos como sociedad en el futuro’, comenta.
Anti-bacterias
El tratamiento de los flujos de aire es fundamental para un buen control preventivo de enfermedades respiratorias como el covid. Mario Norese, proyectista de MPT Climatización, explica que a nivel de equipamiento algunos proyectos de oficinas, como La Dehesa Work Plaza, ya han incorporado lámparas UV-C (luz ultravioleta) en sus sistemas centrales que aportan aire de renovación al edificio, elementos que han mostrado una alta eficiencia en pruebas realizadas en laboratorios norteamericanos.
Las lámparas UV-C, dependiendo de la intensidad y tiempo de exposición, pueden eliminar sobre el 90% de los microorganismos presentes en los sistemas de climatización; complementario a esto, la tendencia actual apunta a elevar la cantidad de aire exterior de renovación por persona a niveles de 12,5 l/seg y mejorar la calidad de filtrado de aire a mayores índices.
‘La principal innovación que consideramos en este proyecto es el uso de lámparas antibacterianas en los ductos de aire, para purificar el aire que ingresa a las oficinas y los pasillos, lo que implica eliminar hasta el 99,9% de las bacterias incluido el covid’, detalla.
Al respecto, sostiene que independientemente de la implementación de lámparas UVC, el incremento de caudales de aire de renovación y mejora en la calidad de filtrado de aire son todas medidas complementarias a una política de cuidado de los espacios y en ningún caso deben abandonarse los protocolos establecidos por la autoridad sanitaria y por los propios proyectos como medidas de prevención. ‘El uso permanente de mascarillas, lavado frecuente de manos, distancias físicas mínimas entre personas y control de temperatura al ingreso del edificio deben seguir formando parte de esta nueva forma de convivir en entornos comunes’.