Según Cushman & Wakefield, los propietarios de los edificios de oficinas deben enfocarse además en la experiencia de uso por parte de la empresa arrendataria, facilitar el viaje al lugar y tener en cuenta la disponibilidad de caja.

Muchas compañías seguirán priorizando el teletrabajo, al menos hasta que el coronavirus haya realmente retrocedido. Si bien esta situación ha permitido controlar los contagios, ha generado también inquietud entre los propietarios de los edificios de oficinas sobre qué pasará con su negocio, considerando además que para las empresas —según el tipo de servicio que ofrecen— facilitar que sus trabajadores realicen sus labores en forma remota ha funcionado en general bastante bien.

Cushman & Wakefield ha elaborado una guía con cuatro sugerencias para que las compañías de seguros, fondos de inversión y family offices puedan retener a las empresas que arriendan sus oficinas Clase A y atraer a nuevos ocupantes. Aumentar la flexibilidad, enfocarse en la experiencia de uso por parte de la empresa arrendataria, facilitar el viaje al lugar de trabajo y tener en cuenta la disponibilidad de caja son algunas de las recomendaciones.

Ariel Benzaquen, country manager de Cushman & Wakefield Chile, dice que los beneficios que ha demostrado el teletrabajo han provocado que muchas empresas estén reevaluando la superficie de oficinas que necesitan para operar. ‘Dado que el proceso de transición hacia un nuevo ecosistema que incluya al hogar no será lineal ni inmediato, cuanta mayor flexibilidad muestre el propietario, mejor se podrá adaptar a las necesidades de las compañías arrendatarias y retenerlas’.

En ese contexto, aconseja considerar la reubicación de las empresas arrendatarias dentro del edificio con el fin de optimizar los espacios; la consolidación —o también reubicación— de las compañías propietarias, que podrán arrendar o vender los espacios vacíos; la adaptabilidad de los edificios como la ubicación de los servicios en espacios comunes, la segmentación del aire acondicionado y electricidad, la subdivisión en unidades pequeñas y en nuevos proyectos, y el diseño del núcleo de ascensores.

Otra sugerencia es mejorar la experiencia de las compañías que ocupan las oficinas, pues puede ayudar a incrementar cómo perciben su valor. En esa línea, los aspectos clave son la comercialización, donde el primer contacto con el cliente y los primeros pasos de la relación son críticos, por lo que se sugiere mantener comunicación periódica con los arrendatarios para verificar su satisfacción y fidelizarlos.

Además, repensar los servicios del edificio, ofreciendo zonas especiales o amenities que hagan destacar al inmueble —por ejemplo, un lobby con wifi, espacios de espera cómodos, gimnasio, auditorio, servicios gastronómicos, comedor o cajeros automáticos— y una infraestructura segura con espacios que cuiden la salud, como tecnología contactless en ingresos y ascensores, iluminación sensible al movimiento y apertura automática de puertas en espacios comunes.

‘También son útiles los programas de bienestar, que pueden ser generales —relajación, yoga, meditación—, actividades físicas —spinning, entrenamiento funcional o aeróbico—, instancias de afinidad entre los usuarios —salidas grupales, compromiso con causas benéficas, propuestas artísticas— y ejercicios de socialización con usuarios internos o especialistas externos, entre otros’, precisa.

Cuestión de recursos

Facilitar el viaje al lugar de trabajo es un aspecto que los propietarios de los edificios de oficinas deben contemplar, ya que la necesidad de distanciamiento social provocó cambios en la movilidad hacia y desde el lugar de trabajo. En ese marco, es importante considerar opciones como servicio de transporte empresarial; estacionamiento de vehículos privados, más lugares de guardado de bicicletas y motos, y zonas de carga de vehículos eléctricos.

Benzaquen destaca que los desafíos económicos pospandemia hacen que para las empresas ocupantes sea muy importante la optimización de los recursos financieros y probablemente quieran acelerar su tendencia a utilizar sus fondos para gestionar su negocio principal y evitar las inversiones de capital en sus espacios de trabajo.

‘Por ello, una alternativa podría ser ofrecer el financiamiento de la construcción de las oficinas, donde los dueños de los edificios pueden proveer el capital necesario para implementar los diseños de oficinas que los ocupantes requieren, incluyendo abogados y profesionales técnicos y comerciales para mitigar los riesgos de las partes; la provisión de espacios a la medida, con mínimas adecuaciones, que estén listos en poco tiempo y que, cuando termina el contrato de arriendo, puedan ser ocupados por otro arrendatario; será clave llegar a acuerdos con empresas constructoras y recuperar la inversión en cuotas mensuales’, indica.

Proceso de regreso

Como ordenado y consciente califica Ariel Benzaquen el proceso de retorno de las empresas a sus oficinas. ‘Las compañías han sido muy rigurosas; todas han cumplido con las normativas sanitarias impartidas por las autoridades y han entregado a los colaboradores muchas recomendaciones respecto de cómo comportarse en los espacios de trabajo, repartiendo diversos materiales de higiene y demarcando los puestos y lugares que puedan ser usados. En muchos casos, se han establecido sistemas de turnos que pueden ser diarios o semanales’.

También destaca que los edificios donde están las oficinas han tomado las medidas adecuadas, ya que cuentan, por ejemplo, con alfombras sanitizantes, alcohol gel en diversos espacios; han delimitado correctamente por dónde se entra, se circula y se sale; cuánta gente puede subirse al ascensor, y están haciendo toma de temperatura al acceso vehicular y peatonal.

Fuente: El Mercurio