La incertidumbre generada en Chile tanto por la protestas sociales que comenzaron en 2019 como la pandemia de covid-19 ha incidido en el panorama económico local, en que algunos sectores han ganado y otros han perdido terreno.
La tendencia que se observa en algunas administradoras chilenas de migrar algunos activos financieros a Estados Unidos y Europa, por ejemplo, para diversificar las carteras se ha acelerado, lo que incide en los niveles de inversión y precios de activos en ciertas áreas.
Pese a estas circunstancias, Chile sigue siendo un destino atractivo que capta inversiones y es así que activos alternativos, en el ámbito inmobiliario o de infraestructura, figuran en los radares de los inversores nacionales y extranjeros y su resiliencia se mantendría, reflejo de lo que ocurre en todo el mundo.
Entre estos activos están centros de datos, infraestructura logística orientada a la industria de reparto de última milla, grandes edificios de apartamentos construidos para el alquiler e instalaciones de ciencias biológicas, dijo Marc Royer, socio ejecutivo de mercados de capital de la compañía internacional de servicios inmobiliarios Cushman & Wakefield para Sudamérica, en conversación con BNamericas.
“Sectores como el [inmobiliario] industrial y multifamiliar [grandes edificios de apartamentos residenciales para la renta] casi no se han visto afectados a nivel de ajustes de precios”, señaló Royer, quien trabaja en Chile y que anteriormente fue gerente sénior de inversiones de Banco Santander en España.
“Estos dos sectores (…) se mostraron muy resilientes en todas partes del mundo y ocurrió exactamente lo mismo en Chile”, agregó.
En términos del impulso del sector inmobiliario residencial, la industria aseguradora chilena está jugando un nuevo papel, ya que tradicionalmente estas compañías han sido ante todo un proveedor de financiamiento de deuda para desarrolladores, pero ahora les interesa participaciones de capital en proyectos, lo cual es significativo, ya que las aseguradoras tienen miles de millones de dólares en activos.
Otra tendencia observada es la inversión en el área de las ciencias biológicas, como laboratorios farmacéuticos. “También pensamos que esto va a ser un ganador a nivel local”, dijo Royer.
Un laboratorio chino, por ejemplo, anunció recientemente que construiría un centro de I+D y una planta de producción de vacunas en Chile.
“Otros alternativos son los datacenters, por la necesidad que hay de tener cada vez más, por el tema del trabajo remoto, computación en la nube, etc.”, dijo Royer.
Entre otros sectores, el área tecnológica general motivó el repunte de la negociación de acuerdos en Chile durante el primer semestre. Los fondos de capital riesgo fueron los protagonistas al incrementarse el número de operaciones asociadas en más de un 50% en términos interanuales. Tanto los inversionistas locales como los internacionales se han enfocado en empresas con alto potencial de crecimiento y Chile está posicionándose como un polo tecnológico de la región andina, señalaron los asesores financieros locales Hudson Bankers en un informe reciente.
La energía renovable no convencional, ante todo las plantas solares y eólicas, también ocupa un lugar destacado en la cartera de sectores resilientes en Chile.
Entre los sectores que están perdiendo terreno se encuentran los golpeados por las secuelas de la pandemia: la industria hotelera, o principalmente los dirigidos a viajeros de negocios, además de las oficinas de negocios y algunos sectores del sector minorista.
En términos de inversión extranjera directa (IED) general en Chile durante el primer semestre, el indicador estuvo entre los más altos desde el 2003, según datos del Banco Central, ya que en el 1S21 llegó a US$7.681 millones, solo 10% por debajo de los US$8.528mn de todo 2020.
Durante los primeros seis meses del año, la reinversión de utilidades correspondió a US$4.730mn de la IED, seguida de las compras de acciones (US$2.990mn). Los instrumentos de deuda registraron un retroceso de 35% tras desplomarse a US$1.330mn en junio.
Cushman & Wakefield con sede en EE.UU, ofrece una cartera de servicios inmobiliarios residenciales y comerciales como investigación y planificación estratégica, selección de terrenos, gestión inmobiliaria y valoración de activos. La compañía que posee una filial en Chile opera en 60 países y en 2020 percibió US$7.800mn en ingresos.
Fuente: BNaméricas